El hecho de que Pedro Sánchez, del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) haya anunciado que terminará de armar la primera línea de Gobierno recién el 6 de junio, y que el 8 de junio sería la primera sesión de su Consejo de Ministros, fue para muchos una señal de que la salida de Rajoy no estaba en los planes de nadie.
"Yo creo que ni el PSOE se lo acaba de creer que le ha salido bien", afirma en diálogo con Sputnik la politóloga española Anna-Clara Martínez.
"Lo que pretendía Sánchez era más bien un golpe de efecto, el decir 'nosotros estamos aquí como principal partido de la oposición y lo que vamos a hacer es presentar una moción de censura por la corrupción de este gobierno', sobre todo por la trama Gürtel", señaló la analista.
Martínez se refería a la condena al Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy como partícipe a título lucrativo en la trama Gurtel, en la que fueron condenadas 29 personas, entre ellos, Luis Bárcenas, el tesorero histórico del PP.
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Según Martínez, la sociedad española tampoco creía que la cuarta moción de censura desde el retorno democrático en 1977 prosperara, a diferencia de las tres anteriores. Incluso Rajoy mantuvo el cargo el 14 de junio de 2017, cuando Podemos también intentó desplazarlo.
"La gente lo veía como muy lejano… y en tres días hemos cambiado de presidente. Digamos que la gente no ha tenido tiempo de asimilar lo que pasó, es decir, está aún como en estado de shock", señaló.
En los próximos días Sánchez días deberá definir todos los integrantes del Ejecutivo, su posición ante los independentistas y la estabilidad presupuestaria. El problema es la debilidad del nuevo Gobierno: para aprobar el voto de censura contra Rajoy se necesitaban 176 votos (se obtuvieron 180), de los cuales solo 84 eran socialistas. Muchos de esos votos fueron de independentistas con origen en Cataluña. A pesar de esto Sánchez dijo que si bien habrá personas independientes en su gabinete, no convocará a figuras de otros partidos.
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