"En los últimos 15 años, el número de ataques terroristas ha aumentado, no disminuido. [Esto] se basa en la premisa de que los fracasos anteriores a 2001 se debieron a que Estados Unidos luchaba contra el terrorismo mediante la acción policial. Los críticos insistían en que se tenía que luchar contra él mediante operaciones militares", revela Johnson a Sputnik.
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Para Johnson es más importante el tipo de entrenamiento que se les esté dando a las fuerzas de estos terceros Estados, ya que "no tiene por qué acotar el problema con el que estás lidiando". Y es que el terrorismo se manifiesta ahora de formas mucho más diversas que en los últimos 15 o 16 años.
"En muchísimas ocasiones se hace necesario, desde mi punto de vista, llegar hasta la raíz de la ayuda financiera [de los grupos terroristas]. Esta es una de las discrepancias más claras en Estados Unidos porque el país sostiene que Irán es el Estado que más patrocina el terrorismo cuando objetivamente queda claro que no es cierto", subraya.
La mayoría de los ataques terroristas los llevan a cabo grupos suníes, muchos de los cuales cuentan con el apoyo de personas que viven en Arabia Saudí, añade.
Es este el problema que se debe poner sobre la mesa en Washington, insiste. Si no se ha hecho hasta ahora ha sido porque Estados Unidos decidió alinearse con Arabia Saudí y con Israel para abordar la crisis siria.
"Lo que está pasando en Siria va más allá de ser terrorismo. Hay actores externos que están proporcionando fondos y armas (…) con las que equipan a las fuerzas rebeldes para derrocar a un gobierno legítimo. Hemos pretendido hacerle creer a la gente que el Gobierno de Basar Asad no es legítimo y el mensaje se ha difundido por todo Occidente", lamenta.
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