Las pruebas mostraron un incremento de un 69,5% en la esperanza de vida de ratones enfermos. Los resultados de la investigación han sido publicados en la revista Nanomedicine.
La molécula representa un anticuerpo al factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF por sus siglas en inglés), una proteína señalizadora que elaboran las células para estimular la formación del sistema circulatorio embrionario. De ese modo, la molécula funciona como una llave en una cerradura, es decir, encuentra un tipo determinado de células y se adhiere a ellas.
"Las investigaciones pusieron de relieve que la terapia propuesta es eficaz: los experimentos in vitro e in vivo mostraron que la esperanza de vida de los animales tratados con el nuevo medicamento aumentó un 69,5%: de 23 días a 39", explica Maxim Abakúmov, jefe del laboratorio de Nanomateriales Biomédicos de la NUST MISIS que encabeza el grupo científico.
"Además, el medicamento elaborado puede usarse para visualizar el tejido del tumor en las imágenes por resonancia magnética. Esto puede usarse hipotéticamente para facilitar el trabajo de cirujanos para determinar los límites del órgano afectado", agrega.
Este método consiste en la introducción de nanopartículas de magnetita en el órgano afectado donde se acumulan. Posteriormente, se les expone a un campo electromagnético alterno, en estas condiciones se calientan hasta 43º-45º, lo que aumenta la temperatura en las células cancerosas que las destruye.
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Como se sabe, las células cancerosas son más sensibles a cambios de la temperatura que las células sanas. Así las cosas, el método no afecta al tejido sano. Ahora el grupo científico continúa las pruebas y la optimización del nuevo medicamento que saldrá a una nueva etapa de estudios preclínicos en 2019.