Por motivos no será. El país norteamericano está finiquitando de un plumazo todos los acuerdos de los que hasta ahora formada parte. Y no solo se trata de metales como el acero o el aluminio, porque en enero los estadounidenses subieron, también, los aranceles a las importaciones de baterías solares y de lavadoras.
Si la nueva política económica estadounidense se quedase en eso, todavía podría considerarse una simple guerra económica, pero la cuestión es mucho más compleja, argumenta Lekuj.
"La salida de Estados Unidos del Joint Comprenhensive Plan of Action, el acuerdo nuclear iraní, en primer lugar es un ataque contra la economía de la Unión Europea y, en segundo lugar, acelera el alza del precio del petróleo, que ya de por sí no estaba en su mejor momento. De paso, a Estados Unidos, un país exportador de petróleo, este escenario incluso le interesa", añade Lekuj.
Sin embargo, se entienden, hasta cierto punto, los continuos intentos norteamericanos por poner patas arriba la economía mundial. Motivos para hacerlo "no les falta", señala Lekuj.
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"Si las actuales tendencias en la economía continúan igual durante un periodo medio de tiempo, la economía estadounidense simplemente morirá", augura.
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Lo que está haciendo Trump no es flor de una noche. Deshacerse del déficit comercial ocupó gran parte de su campaña electoral. También reducir los impuestos y eliminar las restricciones que limitaban la extracción de recursos minerales. Dos de las promesas electorales Trump ya las ha cumplido y ahora va a por el déficit comercial.
"Es decir, la 'época de las guerras comerciales y de la expoliación' que ha iniciado el actual inquilino de la Casa Blanca no es ningún 'episodio' ni una fluctuación casual de la 'economía de mercado'. Todos estos pasos [son consecuencia] del sistema, y están impulsados a largo plazo por el equipo de Trump, de orientación nacional", advierte el columnista a Sputnik.
"Todas esas reflexiones sobre 'la ley del mercado mundial' y todos los intentos de 'integrar la economía nacional en el mercado internacional' y demás sandeces carecen de sentido en este nuevo mundo", sentencia.
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