Ya casi están aquí: Rusia subirá los aranceles a las importaciones de EEUU

Rusia compra a Estados Unidos aviones, automóviles y recambios, medicinas, aparatos médicos, motores de aviones, turbinas de gas, tabaco, alcohol y productos agrícolas, señala Maxim Rúbchenko, columnista de Sputnik.

El Gobierno ruso todavía no ha decidido qué productos en concreto se verán afectados por la subida, pero los analistas creen que aquellos que ya cuentan con competidores rusos —es decir, aquellos que Rusia produce por sí misma— serán los primeros afectados. Se trata de automóviles, de materias primas y de alimentos.

Los especialistas también creen que aquellos bienes que Rusia puede comprar a otros países también se verán afectados por las sanciones. Se podría estar hablando de dejar de adquirir aviones Boeing —estadounidenses— y pasar a comprar los Airbus —europeos—.

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"En cualquier caso, el daño a la economía estadounidense, específicamente de los aranceles rusos, será pequeño simplemente por lo poco que comercian ambos países", añade Rúbchenko.

Según datos del Ministerio de Desarrollo Económico de Rusia, las exportaciones de acero rusas a Estados Unidos superan ahora los 1.500 millones de dólares al año, y las de aluminio los 1.600 millones. Debido a los impuestos de la Administración de Trump, al acero se le grabará ahora con un impuesto del 25%, lo que ocasionará pérdidas por valor de 378,1 millones anuales. Los aranceles con los que se graban las importaciones de aluminio ruso, del 10%, harán que se pierdan por el camino 159,5 millones anuales, señala Rúbchenko.

El objetivo del Gobierno ruso será compensar esas pérdidas subiendo los aranceles de las importaciones norteamericanas. "Esas mismas cantidades son las que tendrán que pagar las empresas estadounidenses que quieran introducir sus productos en el Rusia", explica el columnista. Son, en total, 537,6 millones de dólares anuales.

El presidente de EEUU, Donald Trump, firmó la subida de impuestos sobre las importaciones rusas a principios de marzo. Para Washington, los aranceles responden a los intereses de su seguridad nacional: traer acero y aluminio baratos desde fuera perjudica a la industria defensiva norteamericana. Si bien la Organización Mundial del Comercio (OMC) no permite la introducción de respuestas recíprocas en casos en los que está en juego la seguridad de un país, para la OMC este no es el caso. Como recuerda Rúbchenko:

"La Carta de la OMC permite adoptar este tipo de acciones si está en juego la seguridad nacional 'solo en casos excepcionales' como, por ejemplo, si el país está en guerra. Dado que EEUU no está en guerra oficialmente contra nadie, las referencias a la seguridad nacional son incorrectas y los países afectados, incluida Rusia, tienen derecho a responder".

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Los aranceles sobre los productos estadounidenses subirán de facto a finales de junio.

Rusia no está sola

A los estadounidenses también les tocará pagar de más a otros países. En concreto, a los de la Unión Europea, quienes planean establecer un arancel del 25% sobre el acero y el carbón estadounidense a partir de junio. A partir de marzo del 2021 está previsto que se sumen aranceles de hasta el 50% en productos tubulares estadounidenses y en el acero inoxidable.

La India obligará a Estados Unidos a pagar más si quiere vender su soja —soya— en el país. Esos aranceles y los de otro puñado de productos sumarán un total de 165 millones de dólares. Por el mismo camino irá Turquía, quien advirtió que aumentará los impuestos con los que graba los frutos secos, el arroz, el tabaco estadounidense, los automóviles y los productos metalúrgicos en 267 millones de dólares. Japón predicará con el ejemplo y le cobrará a EEUU 440 millones, señala Rúbchenko.

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