Ya antes, varios investigadores habían intentado vincular el fenómeno a la actividad alienígena, no obstante, los expertos de la Universidad de Nankín acaban de ofrecer una nueva hipótesis, según cuenta Science Alert.
Las estrellas de quarks emiten una materia que forma una corteza sobre la superficie de la estrella y con el tiempo dicha corteza se hace más pesada y por fin acaba destruyéndose.
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Desaparecida la corteza, la estrella se convierte en una fuente de pares de electrones y positrones y genera un campo electromagnético, que acelera las partículas hasta la velocidad cercana a la de la luz. Es entonces cuando las partículas emiten una radiación que se registra como una ráfaga de radio.
Por primera vez una ráfaga de radio se registró en 2001 por un telescopio australiano. Los científicos tardaron seis años en procesar los datos obtenidos y más tarde registraron decenas de ráfagas parecidas. Los investigadores pensaban que su posible origen podría ser la colisión de estrellas de neutrones o pulsares que se convierten en agujeros negros.
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