"Parece obvio que el apoyo extranjero a los rebeldes simplemente llevó a la prolongación y empeoramiento del desastre. Durante muchos años gran parte de los combates consistió en un bombardeo insensato de áreas civiles, lo que creó miseria y refugiados. Todas, o prácticamente todas, las propuestas políticas [de EEUU] en relación a Siria esencialmente prolongarán esta terrible situación", destacó John Mueller, experto en ciencias políticas de la Universidad de Ohio en un artículo para National Interest.
El autor señala que a pesar de que aún hay algunos territorios controlados por los rebeldes y terroristas del ISIS —organización proscrita en Rusia—, la mayor parte del país está bajo control gubernamental, lo que sería suficiente para que la población pudiera volver a sus casas e implicarse en la reconstrucción.
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John Mueller ha recopilado algunas voces que reclaman acabar con esta nueva aventura de EEUU en la región.
Así, según el informe del director de Inteligencia Nacional de EEUU, Daniel Coats, "la balanza del conflicto se ha inclinado decisivamente del lado del régimen sirio, permitiendo a Rusia e Irán consolidarse más aún en el país".
"Probablemente la insurgencia de 7 años por parte de la oposición siria ya no podrá derrotar al presidente Bashar Asad o superar su creciente desventaja militar", prosigue su análisis.
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En una entrevista para PBS, la periodista estadounidense Robin Wright afirmó que "Asad está ganando la guerra y la realidad es que un ataque militar no lo va a cambiar".
Por lo cual si EEUU y sus aliados tienen la intención de mejorar la situación del pueblo sirio, tienen que trabajar para acabar con la guerra en el país. Esto significaría que el apoyo a los rebeldes debe cesar y que habría que cooperar con el presidente Asad y sus aliados extranjeros, añadió el diplomático.
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Además, en un artículo publicado en el 2014, Graham Fuller, antiguo oficial de operaciones de la CIA durante 20 años y vicejefe del Consejo Nacional de Inteligencia de EEUU, mostró su punto de vista sobre el asunto.
"Puede que [Bashar Asad] no sea un gobernante ideal, pero es racional y lideró un Estado funcional durante mucho tiempo. Es apoyado por muchos en Siria, quienes con razón temen al nuevo líder o la anarquía doméstica que pueda llegar tras su caída. A pesar de la retórica neoconservadora, no suponía una amenaza para EEUU en Oriente Medio. Ha llegado la hora de morder el polvo, admitir nuestro fracaso y permitir —e incluso ayudar— que Asad termine rápidamente la guerra en Siria", explicó Fuller.
Al fin y al cabo, ya se demostró en múltiples ocasiones que la mayoría de la población siria apoya al actual presidente, Bashar Asad. Por ejemplo, dos tercios de los evacuados de los barrios orientales de Alepo que estaban bajo control rebelde pidieron que se les asentara en territorios bajo control del Gobierno sirio.
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