Poco después del accidente del Boeing 737 que cubría la ruta La Habana-Holguín, se efectuó una reunión de gobierno, presidida por Díaz-Canel y por el primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Salvador Valdés Mesa, en la que se caracterizó y evaluó el suceso de conjunto con los ministerios y organismos implicados.
Según expertos, a pesar de que se preservó el lugar del accidente, el proceso de esclarecimiento será complejo, marcado negativamente por las intensas lluvias. No obstante —asegura el texto de Granma—, están disponibles todos los aseguramientos para darle curso a las investigaciones.
Por su parte, el Ministerio de Salud Pública creó las condiciones para atender a los familiares de las víctimas, mediante la ayuda de psicólogos y otros profesionales con experiencia en escenarios postraumáticos; mientras que el Ministerio del Turismo garantizará hospedaje en la capital para las familias procedentes de otras provincias.
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El ministro cubano de Transporte, Adel Yzquierdo, resaltó la solidaridad de la población en las zonas aledañas a la tragedia y también reconoció la profesionalidad del Comando de Bomberos del Aeropuerto, y del resto del personal de Rescate y Salvamento, que actuó rápido y con sensibilidad.
"Al momento del accidente —subrayó Yzquierdo—, se activó el puesto para situaciones de emergencia y se cerraron las pistas para revisarlas. Minutos más tarde, luego de comprobar que no había problemas en ellas, se dio la autorización para retomar las operaciones y el aeropuerto recobró su vitalidad".
Este 18 de mayo, un avión Boeing 737-200, arrendado a México por la aerolínea Cubana de Aviación, con 110 personas a bordo y operado por una tripulación mexicana, cayó tras despegar, en un vuelo con destino a la oriental provincia de Holguín y todavía se desconocen las causas del accidente.
