La actitud norcoreana unas semanas antes del 12 de junio, la fecha prevista para la reunión de Donald Trump con Kim Jong-un en Singapur, podría verse en EEUU como un intento de salvar la cara antes de la 'capitulación'.
Pero en realidad, significa que Corea del Norte rechaza someterse bajo la 'habitual' presión de EEUU y seguir haciendo concesiones unilaterales sin que la otra parte haga nada en respuesta, escribe el periodista Dmitri Kósirev en un artículo para Sputnik.
La razón para esta actitud es la benevolencia de un poderoso aliado: China.
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"Pero EEUU pensó que no habría nada más que nuevas concesiones. Trump creía que bastaba presionar, y todos los objetivos se lograrían. En realidad, así no va a lograrse nada", predice Kósirev.
Es probable que el secretario de Estado, Mike Pompeo, haya llevado a Pyongyang un 'guion' para la cumbre en Singapur, los norcoreanos lo estudiaron, y aquí está la respuesta, escribe el autor.
El 'triple fracaso' de Washington
Pekín se ve él mismo en una contienda comercial con EEUU. Como de costumbre, Trump empezó con amenazas y sanciones, pero China no cedió ante la presión y envió a Washington su propia lista de frustraciones y sugerencias para discutir. ¿Es posible llegar a un acuerdo? Sí. Pero una capitulación, ya no.
El caso de Irán es otro ejemplo de fracaso. El abandono unilateral del acuerdo internacional sobre el programa nuclear iraní —muy parecido a lo que se podría concluir con Kim Jong-un— plantea la pregunta de si se puede negociar algo con EEUU y confiar en que Washington cumpla con lo acordado.
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"Resultan no una sino ya tres las ocasiones donde el equipo de Trump creyó posible presionar a sus oponentes hasta que se quebraran y se equivocó, con un resultado opuesto", escribe el autor.
Corea del Norte no está dispuesta a rendirse, así que la cumbre de 12 de junio en Singapur tendrá un guion diferente al presentado por Mike Pompeo durante su visita a Pyongyang, concluye.
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