"Nunca imaginé ver algo así, pude ver la barriga azul del avión que volaba muy bajo, casi rozando los árboles y vi como maniobraba para salir de encima de las viviendas y de la escuela", comentó Vivian, una vecina del lugar conocido como Alturas del Aeropuerto, a unos 20 kilómetros del centro la capital.
"El vapor del fuego se sentía en la ropa. Vi la columna de humo que se elevaba y sentí tristeza al pensar cuántas personas estarían dentro de ese avión", comentó a Sputnik Lázaro Pérez, custodio de unos almacenes estatales próximos al vivero agrícola donde cayó el avión Boeing 737 de la empresa mexicana Global Air, conocida también como Damojh.
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En el lugar, totalmente acordonado por la policía, se podía ver a un adolescente temeroso y negado a conversar, que había perdido su bicicleta muy cerca del lugar donde cayó la aeronave, pues la abandonó al salir huyendo del estruendo y las llamas.
También agradeció la ayuda de la población, que inmediatamente se puso en función de ofrecer ayuda a los sobrevivientes, en cooperación con los bomberos y las autoridades.
Unidades de rescate, bomberos, policías, el Instituto de Medicina Forense, fuerzas del Ministerio del Interior y del Laboratorio de Criminalística trabajan en el lugar.