El levantamiento de las sanciones económicas a Irán, a cambio de la renuncia al enriquecimiento de uranio, había abierto la puerta a un mercado de 80 millones de personas y a un negocio cifrado en 600.000 millones de dólares.
Más: Bélgica pide defender los intereses de la UE tras la salida de EEUU del pacto con Irán
Las tres potencias europeas con peso económico —pero no tanto político— se han desgañitado para vender a la ciudadanía el horror de un cataclismo nuclear que es más bien un desastre más prosaico: la pérdida de contratos para sus compañías en Irán.
El jefe de Le Maire, Emmanuel Macron, había hecho creer a sus socios europeos que sería capaz de convencer a Trump de mantenerse dentro del acuerdo. Pero la diplomacia de las palmadas, besos y abrazos no sirvió para forzar al Presidente norteamericano a incumplir una de sus promesas electorales y obsesiones postelectorales.
No te lo pierdas: ¿Qué consecuencias provocaría en Oriente Medio la salida de EEUU del PAIC? Rusia responde
La industria francesa celebró por todo lo alto en 2015 la reapertura de los negocios con Teherán. El presidente de la empresa petrolera Total, Patrick Pouyanne, hablaba del "día histórico en el que volvemos a Irán". Su alegría era materializada en una primera inversión de 5.000 millones de dólares. Airbus acordaba la venta de 100 aviones A320 a Iran Air y a Zagros Airlines, por un precio de 19.000 millones de dólares. Renault vendió en 2017 160.000 automóviles en Irán. Peugeot copa el 30% del mercado automovilístico iraní. La compañía Accord planeaba la construcción de nuevos hoteles. Aeropuerto de París, Vinci, Alstom, Sanofi…los grandes actores de la industria francesa ya habían iniciado su instalación o retorno a Irán. Hoy saben que sus inversiones se tambalean por orden de Washington.
Al Presidente Macron le siguió en las visitas de angustia europea la Canciller alemana. Pero Angela Merkel sabía que su poder de persuasión con Trump es inexistente. El mandatario norteamericano no se ha cansado de subrayar el desequilibrio comercial que su país mantiene con Berlín, y menciona cada vez que puede a la marca Volkswagen como uno de los causantes del problema.
Además: Comisario europeo llama a rechazar las nuevas sanciones de EEUU contra Irán
El embajador de Estados Unidos en Berlín fue uno de los primeros y más claros traductores de la decisión de Trump: "Las compañías alemanas que hacen negocios con Irán deben abandonar el país". Una orden que los empresarios alemanes no se tomaron muy bien. El Presidente de la cámara de comercio germano-iraní, Michael Tockuss, dijo que esperaba que el Ministerio de Exteriores de su país informara al embajador que él no es quien dicta la política alemana.
Otro de los signos definitorios de la 'nueva diplomacia' norteamericana es el distanciamiento con Londres. Trump ha vapuleado la histórica 'Special Relationship', menosprecia a Theresa May y no cuenta con Londres como aliado seguro. May dice haber intentado persuadir al presidente norteamericano de no abandonar el acuerdo internacional con Irán. No solo en sus escasos encuentros, sino en "más de doce conversaciones telefónicas".
¿Aumentará la salida de EEUU del pacto nuclear la dependencia de Teherán de Rusia? https://t.co/BMxToN2nOx
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 10 мая 2018 г.
El resultado está a la vista: Rolls-Royce pensaba poder dotar de motores a los Airbus. British Petroleum seguirá viviendo de los recuerdos de su pasado en Irán; Vodafone se verá obligada a reempaquetar sus celulares; British Airways cancelará sus proyectos de líneas aéreas con Irán.
Más aquí: Londres insta a Washington a ofrecer una alternativa pactada sobre Irán
La Unión Europea e Irán hicieron negocios por 9.200 millones de dólares en 2015; en 2016, la cifra llegó a 16.400 millones; el pasado año ya desbordaba los 25.000 millones.
Europa comprueba una vez más su debilidad ante el dólar, la moneda política que el Departamento del Tesoro blande para disuadir de hacer negocios a las empresas de los aliados. La multa norteamericana a la entidad bancaria francesa BNP-Paribas en 2014, 9.000 millones de dólares, vuelve a ser la cifra más recordada por los banqueros europeos.
Tema relacionado: Qué significan las sanciones de EEUU para las relaciones entre Irán y Rusia
Europa ha seguido en las últimas décadas las indicaciones que su aliado norteamericano le dictaba en su comportamiento diplomático y, por lo tanto, comercial. Cuando Obama ocupaba la Casa Blanca, muchos europeos veían esas 'sugerencias' barnizadas de un toque 'moral' y 'progresista'. Donald Trump les está mostrando que la independencia de criterio es una condición indispensable para ser soberanos, por encima de la ideología que defiendan los inquilinos del Despacho Oval.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK