Existen distintos tipos de ayuda que el organismo internacional presta a los países: el 'stand by', un préstamo de corto plazo ligado a objetivos fiscales y monetarios, y un préstamo a largo plazo, llamado 'extended fund facilities', atado a reformas estructurales. Estos planes duran entre uno y tres años, y se pagan entre cinco y 10 años, a tasas más bajas que las del mercado.
1957: Después de la caída del Gobierno de Juan Domingo Perón, durante el Gobierno militar que se denominó "Revolución Libertadora", Argentina pidió su primer préstamo por 75 millones de dólares.
1991: El FMI aprobó la convertibilidad, el plan económico diseñado por el Gobierno del presidente Carlos Saúl Menem y su ministro de Economía, Domingo Cavallo, para terminar con la hiperinflación. El peso se ancló al dólar, lo cual se acompañó de un agresivo plan de privatizaciones y achicamiento del Estado.
2001: La derrota electoral de octubre de 2001 debilitó al Gobierno del presidente radical Fernando de la Rúa. El FMI cortó la asistencia al país. El presidente renunció en medio de enormes manifestaciones, huelgas y saqueos. Argentina decretó el default de su deuda externa.
2003: Se firman los últimos créditos stand by por 2.174 y 8.900 millones de dólares.
2013: El organismo sancionó al país por falta de estadísticas transparentes. El Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner aceptó cooperar para revisar las estadísticas y se levantó la sanción.
2016: El Gobierno de Mauricio Macri aceptó retornar a las revisiones anuales del FMI, suspendidas desde 2006.
2018: La directora del Fondo, Christine Lagarde, visitó Buenos Aires. "Los dos primeros años del Gobierno han sido asombrosos", dijo. Dos meses después, la corrida cambiaria y la inestabilidad internacional obligaron al Gobierno a volver a pedir ayuda del organismo.