El ministro de Seguridad Pública, Raul Jungmann, aseguró en rueda de prensa que "hubo una expansión mayor de lo que el estado de Río podría mantener con los recursos que tenía y eso degradó una gran parte de las UPPs".
Se pensó en instalar comisarías fijas de la Policía Militar, que pretendían ser puntos de patrulla de proximidad, alejándose de la lógica anterior, cuando los agentes entraban en las favelas, disparaban y salían sin apenas generar cambios a largo plazo.
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El modelo dio muy buenos resultados en un principio y los primeros años el índice de homicidios cayó drásticamente, pero el deterioro del proyecto se acentuó en los últimos años: si en 2011 tan solo hubo 13 tiroteos en zonas con UPPs en 2016 la cifra alcanzó 1.555, según datos de la propia Policía Militar.
El ministro Jungmann no precisó cuántas unidades se eliminarán, pero afirmó que serán "casi la mitad" de las 38 que hay en la actualidad.
El ministro asumió el fracaso del proyecto, porque debía ir seguido de unas políticas sociales para consolidar un cambio a largo plazo.
"Las UPPs eran la punta de lanza de un proyecto en el que el Estado debía entrar [en las favelas] con sanidad y educación, y no entró", lamentó Jungmann.
Las UPPs y el área de seguridad pública en general se vieron muy afectadas por la situación financiera del estado de Río de Janeiro, que en 2016 decretó en estado de bancarrota y desde entonces sobrevive a base de remesas puntuales del Gobierno central.
La esperanza que generó entre la población el proceso de "pacificación" en los años preolímpicos contrasta con la situación actual, dado que Río de Janeiro vive un crecimiento constante de los índices de violencia, muchas veces impulsada por la propia policía.
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En ese sentido, el pasado mes de febrero el Gobierno de Michel Temer decretó una intervención federal que supuso apartar a los responsables locales del área de seguridad pública para colocar en su lugar a las Fuerzas Armadas.
Un informe del Observatorio de la Intervención, integrado por varias entidades, y presentado el 27 de abril, reveló que la mayoría de índices de violencia subieron desde que los militares están al mando de la seguridad, en especial los tiroteos.
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