"[La cumbre] fue histórica tanto por la simbología como por los resultados alcanzados", subraya la nota, que recuerda que desde el fin de la guerra en Corea en 1953 era la primera vez que un líder norcoreano ingresaba en territorio surcoreano.
El Gobierno brasileño saludó que la "Declaración de Panmunjon para la Paz, Prosperidad y Unificación de la Península Coreana" incluya compromisos que Brasil considera "fundamentales" para normalizar las relaciones y construir la paz de forma definitiva.
El Gobierno de Michel Temer resalta algunos puntos acordados, como la decisión de mantener abiertos canales de diálogo de alto nivel, establecer una oficina permanente en la región de Gaeseong, el cese de las hostilidades y la promoción del desarme para que la península se transforme en una zona libre de armas nucleares.
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La declaración también menciona la realización de contactos regulares entre los líderes coreanos y de reuniones que incluyan otros actores, como Estados Unidos y China.

