La queja la presentó el embajador palestino ante la ONU en Ginebra, Ibrahim Khraishi, ante la Convención para la Eliminación de todas formas de Discriminación Racial de 1979, y de la que forman parte tanto Israel como Palestina.
Los palestinos acusan a Israel de prácticas racistas, como el "desplazamiento y sustitución del pueblo palestino con el fin de mantener la ocupación colonial", según la queja de 350 páginas a cuyo sumario tuvo acceso el diario The Guardian.
El documento denuncia las violaciones que Israel practica en los territorios ocupados, es decir, Cisjordania, la Franja de Gaza y Jerusalén este, con el fin de mantener "una mayoría demográfica judía en la toda la Palestina histórica".
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Las medidas que adopta Israel en los territorios ocupados no solo son discriminatorias, sino que también "privan gravemente a los palestinos de sus derechos fundamentales".
El mecanismo de la Convención hará que Israel tenga que presentar en el plazo de tres meses sus observaciones a la queja palestina, y en el caso de que proceda, las medidas que adoptó para remediar la situación.
La denuncia dice que Israel está violando el derecho a la igualdad de tratamiento ante los tribunales puesto que en los territorios ocupados hay sistemas legales distintos para los colonos judíos y los palestinos.
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También se denuncia que Israel viola el artículo 3 de la Convención, que prohíbe la segregación racial y el apartheid, puesto que da distinto tratamiento a las personas según sean israelíes o palestinos.