El 16 de abril el Ministerio de Exteriores de Canadá publicó una declaración de los países del G7 donde apoyaron la postura de Londres sobre la responsabilidad de Rusia por el envenenamiento de los Skripal y llamaron a Moscú a "examinar urgentemente todas las preguntas relacionadas con el incidente en Salisbury".
"Hoy [el 20 de abril] enviamos a la Cancillería británica una nota que expresa el desacuerdo de Rusia con esta política", dijo.
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El funcionario ruso expresó la esperanza de que el Reino Unido actúe "como un Estado civilizado y responsable" a pesar de las discrepancias entre los dos países.
Nada más abierta la investigación, que según Scotland Yard se prolongará por varios meses, Londres responsabilizó a Rusia de estar detrás del supuesto intento de envenenamiento de los Skripal, alegando que la sustancia procede de Rusia pese a que su origen exacto sigue sin establecerse.
La postura de Londres fue apoyada por otros 28 países y la OTAN que, juntos, expulsaron a 153 diplomáticos rusos por el caso Skripal, a lo que Rusia respondió de forma simétrica.