"El precursor de BZ, mencionado en las declaraciones públicas, comúnmente conocido como 3Q, estaba contenido en la muestra de control, preparada por el Laboratorio de la OPAQ en conformidad con los procedimientos existentes del control de calidad; aparte de esto, no tiene nada que ver con las muestras recogidas por el equipo de la OPAQ en Salisbury", dijo Uzumcu en una reunión del Consejo Ejecutivo de la OPAQ, de acuerdo a un comunicado de la organización.
"No deberíamos tener duda alguna sobre la fiabilidad del sistema de los laboratorios designados por la OPAQ", resaltó.
A principios de marzo pasado, Serguéi Skripal, un exoficial de la inteligencia militar rusa reclutado en los años 90 por el servicio secreto británico MI6 y naturalizado en el Reino Unido, y su hija Yulia fueron hallados inconscientes cerca de un centro comercial en Salisbury.
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La policía estableció que los dos fueron envenenados con una sustancia tóxica de acción neuroparalizante.
La semana pasada, la OPAQ presentó un informe en el que afirmó que los resultados de los análisis de las muestras ambientales y biomédicas que los expertos de la organización recogieron en territorio británico "confirman las conclusiones del Reino Unido en relación con la identidad de la sustancia química usada en Salisbury".
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Al mismo tiempo el documento no contiene información alguna sobre la procedencia de la sustancia.
El 14 de abril, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, presentó datos del laboratorio suizo de Spiez, que participó en la investigación de la OPAQ, según los cuales en la sustancia utilizada en el ataque a los Skripal se encontraban restos de una arma química del tipo BZ, creada en Estados Unidos y usada por esa nación norteamericana, el Reino Unido y algunos otros países de la OTAN.