"No pasará nada nuevo, todo quedará igual, solo cambiarán los nombres; el proyecto de la revolución y el socialismo seguirá siendo el mismo, aunque no estén Fidel y Raúl; que nadie piense que será de una manera diferente", dijo a Sputnik el habanero Jorge Valdés, vendedor ambulante de pan en la capitalina zona de El Vedado.
Lo que sí resulta novedoso, en opinión de algunos consultados, es que por primera vez en 59 años las riendas del Gobierno estarán en manos de alguien que no dirigirá el Partido Comunista, único legal y "órgano rector de la sociedad cubana", según la Constitución.
El nombre más sonado es el de Miguel Díaz-Canel, actual primer vicepresidente, ingeniero eléctrico de 57 años y con más de 30 de experiencia política.
"Díaz-Canel es el hombre ideal, y seguro impulsará el desarrollo del país; ojalá lo dejen trabajar los que siempre frenan los cambios dentro de la revolución", dijo María Victoria, una jubilada en el municipio Cerro de La Habana.
"Por lo menos parece ser un hombre de pueblo y no como otros que solo se ven en la televisión y nunca dan la cara. Díaz-Canel tiene historias de ocuparse de los problemas de la gente, así que, si me dejaran, voto por él", enfatizó la anciana.
"Si los cambios que hace tanto tiempo están anunciando se harán realidad, pues bienvenida sangre joven en el Gobierno, que hace mucha falta; la gente quiere ver cosas nuevas, quiere que cambie la actual situación, quiere tener esperanzas", dijo el joven ingeniero Bienvenido Arias, mientras esperaba el autobús.
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Para este cubano, "ya los tiempos de promesas pasaron y es hora de poner los pies en la tierra; la gente necesita salir de las trincheras y vivir en paz, tener un poco más de bienestar para seguir andando. Yo soy revolucionario, pero te juro que quiero que las cosas mejoren y se vean los resultados".
Mientras el parlamento cubano sigue discutiendo las propuestas de un nuevo Gobierno, la gente, espera frente a sus televisores resultados prácticos y tangibles, esta vez sin Raúl Castro y con caras nuevas.