La decisión de imputar a Neves se impuso por cuatro votos frente a uno en el Supremo, que se basó en transcripciones de conversaciones telefónicas en las que el senador aparecía "influenciando" la elección de comisarios de la Policía Federal destinados a la Operación Lava Jato, según recordó el magistrado Marco Aurélio Mello.
Neves, uno de los principales dirigentes de la derecha brasileña, resultó derrotado en la segunda vuelta presidencial de 2014 por la entonces presidenta Dilma Rousseff (2011-2016).
En esa conversación Neves le pedía a Batista dos millones de reales (600.000 dólares) como presunto soborno a cambio de su actuación política, según la denuncia.
En cuanto a la obstrucción a la justicia, la fiscalía alega que se concretó mediante presiones de Neves al Gobierno y a la Policía Federal para la elección de los comisarios que se encargarían de diversos casos de la Operación Lava Jato.
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Se atribuyen también a Neves acciones vinculadas a su actividad parlamentaria, como una supuesta interferencia para la aprobación de un proyecto de ley de abuso de autoridad y de una amnistía para los delitos de financiación electoral con dinero ilegal.