"He sido VIH positiva durante muchos años", escribió Wurst en su perfil de Instagram. "Esto es realmente irrelevante para el público, pero un exnovio ha amenazado con hacer pública esta información privada y nunca le daré a nadie el derecho de asustarme e influir en mi vida por eso", añadió.
Para la cantante, que dice sentirse "más fuerte, más motivada y más libre que nunca", esa confesión significa "liberarse de una vez sobre la espada de Damocles".
El ministro de Cultura de Austria, Josef Ostermayer, calificó la victoria de Wurst como "una muestra de tolerancia en Europa".
Para el arcipreste Vsévolod Chaplin, el entonces relaciones públicas de la Iglesia Ortodoxa Rusa, fue parte de la ofensiva que las élites occidentales contra los valores tradicionales y su predicadora, Rusia.
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