"La operación tiene el doble objetivo de esclarecer la explosión y combatir frontalmente el robo de minerales", dijo el gerente de la Empresa Minera Huanuni, Guillermo Dalence, al confirmar la llegada de los uniformados en una declaración transmitida por la cadena radial Erbol.
La operación, de la que no había explicación inmediata de la Policía ni de autoridades gubernamentales, se produjo mientras, según el mismo Dalence, se organizaba la reanudación de la explotación minera que estuvo paralizada desde el día de la explosión.
La mortal explosión en el interior de la mina ocurrió en la madrugada del pasado 11 de abril, afectando a un camión que recogía a trabajadores que habían concluido su turno diario.
La unitaria Central Obrera Boliviana (COB), liderada por un trabajador de Huanuni, pidió la militarización de esa mina como medida extrema para combatir a los "jucus", como se conoce localmente a los ladrones de minerales, a quienes atribuyó el supuesto atentado.
"No tenemos dudas, la explosión es obra de los "jucus", que desafían a la autoridad y causan un gran perjuicio a toda la industria", dijo el líder de la COB, Juan Carlos Huarachi, el mismo día del hecho.
Huanuni, la principal mina de estaño de Bolivia y una de las mayores explotaciones subterráneas de ese mineral en el mundo, es subsidiaria de la estatal Corporación Minera de Bolivia y ha producido en 2017 poco más de 8.000 toneladas métricas finas, cantidad que el Gobierno pretende duplicar hasta 2019.
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En 2017, Huanuni aportó casi la décima parte del valor de las exportaciones minero-metalúrgicas de Bolivia, que sumaron unos 4.000 millones de dólares.
Las exportaciones totales del país crecieron 10,5% el año pasado, trepando a 7.846 millones de dólares, según el Instituto Nacional de Estadística.