A través de un oficio enviado a la Superintendencia de la Policía Federal, comisaría donde Lula está preso, el sindicato recuerda que en esa institución se atiende al público y se necesita por tanto "seguridad y agilidad", algo que no se está dando debido a las circunstancias extraordinarias actuales.
El sindicato resaltó que la presencia de los manifestantes y la necesidad de aislar el área en torno al edificio ya está causando molestias a los vecinos y a quienes acuden en busca de atención de la policía.
"Además, los policías federales involucrados en esta operación de seguridad no pueden desarrollar sus actividades policiales normalmente", lamentaron.
El líder izquierdista fue condenado a 12 años y un mes de cárcel por delitos de corrupción y blanqueo de dinero en el marco de la Operación Lava Jato.
Sin embargo, no se encuentra junto a otros políticos que fueron detenidos en esta operación anticorrupción, sino en una sala especial, privada, pues la Superintendencia de la Policía Federal no es una cárcel ordinaria.
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Pese a la presión de los policías y a los rumores de los últimos días, el PT ya advirtió que no desmontará el campamento de Curitiba hasta que Lula sea puesto en libertad, y también trasladó de forma simbólica la sede de su dirección nacional desde Sao Paulo a esta ciudad sureña.