La respuesta de Pekín es bastante previsible, según un artículo publicado por el portal Zerohedge. No obstante, vale la pena señalar que China también incluyó en la lista de productos con aranceles la soja. El país asiático compra un tercio de la producción estadounidense de este grano, de modo que el descenso de las exportaciones de la soja procedente de EEUU afectará a muchos estados rurales del país, en particular, a Iowa, cuyos habitantes votaron precisamente de forma mayoritaria por Donald Trump en 2016.
Pero el problema no se queda aquí. EEUU es uno de los productores líderes de esta planta, mientras que los demás países —como Brasil, que cubrió la mitad de las importaciones chinas de soja en 2017, o Argentina, cuyas exportaciones se vieron afectadas por la sequía— no podrían satisfacer la fuerte demanda del gigante asiático.
Según afirman algunos expertos, al incluir la soja en la lista, Pekín no solo dañará la economía de EEUU, sino también la suya. Aunque China podría encontrar un reemplazo para la soja o recurrir a las reservas de grano, esta medida causaría el aumento de la inflación, puesto que —mientras la soja estadounidense se encarecerá— los importadores se verán obligados a adquirir el grano a Brasil y Argentina, que a su vez también subirán los precios.
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El presidente del US-China Business Council, John Frisbie, declaró en un comunicado que "China necesita mejorar sustancialmente su acceso al mercado […] pero imponer aranceles multilaterales provoca más daños que beneficios".