"¡No te entregues!, ¡no te entregues!", clamaban durante la misa organizada al aire libre en homenaje a la esposa fallecida y ex primera dama de Brasil, Marisa Letícia.
La homilía estuvo repleta de alusiones a la solidaridad, la lucha por los pobres y las críticas al juez Sérgio Moro, que condenó a Lula por corrupción y blanqueo de dinero.
El sacerdote que oficiaba la ceremonia desde lo alto de un camión de sonido criticó a los grandes medios de comunicación, que en su opinión están en su mayoría "al servicio del gran poder económico" y lanzó mensajes de resistencia.
La expresidenta Dilma Rousseff (2011-2016) citó a San Francisco de Asís y aseguró que los que rodean a Lula son personas de paz, no de injusticia ni de violencia.
La defensa de Lula presentó recursos ante el Tribunal Superior de Justicia y el Tribunal Supremo Federal para intentar evitar su entrada en prisión, pero fueron rechazados.
El líder del PT podría entregarse a la policía en las próximas horas, y previsiblemente será trasladado a la Superintendecia de la Policía Federal en Curitiba (estado de Paraná, sur), donde empezará a cumplir su condena.
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