El expresidente aseguró horas antes que "cumpliría" la orden de prisión, pero los manifestantes concentrados en el Sindicato de Metalúrgicos de São Bernardo do Campo (São Paulo, sureste) intentan impedir que salga.
El expresidente podría entregarse en una de las dos comisarías de la Policía Federal en São Paulo y luego trasladarse a Curitiba (estado de Paraná, sur) a través del aeropuerto de Congonhas.
El juez Sérgio Moro dio de plazo a Lula hasta el viernes por la tarde para entregarse y empezar a cumplir su condena de 12 años y un mes de cárcel por delitos de corrupción y blanqueo de dinero, pero Lula permaneció en todo momento en el sindicato.
En su discurso poco antes de entregarse a la Justicia el líder izquierdista pidió a los miles de simpatizantes que se movilicen en las calles y que no dejen que muera su legado.
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La defensa del expresidente presentó recursos de última hora ante el Tribunal Superior de Justicia y el Tribunal Supremo Federal para evitar el ingreso en prisión, pero ambos fueron rechazados.