Un 24 de octubre de 2014, el profesor y periodista paulista Flavio Rebello fundó Sao Paulo Livre (SPL), un movimiento que pretende crear una república de Sao Pablo independiente. La página de Facebook de su movimiento soberanista reúne a más de 26.000 seguidores y en el sitio web abiertamente se discuten iniciativas como cuál será la moneda del anhelado país.
"No existen los brasileños. Están los fluminenses, los paulistas, los norteños, los sureños… Somos brasileños solo en dos ocasiones: los primeros dos o tres meses antes de las elecciones presidenciales y durante el Mundial. Además de esos casos, nosotros somos fluminenses, somos paulistas, porque simplemente no existe una cultura brasileña común", subraya Rebello.
El activista asegura que su movimiento crece cada día más. Los nuevos integrantes del SPL deben pagar una tasa de ingreso de 90 reales —27 dólares— en el momento de la inscripción o 120 reales —38 dólares— divididos en 12 cuotas mensuales. De esta manera cubren los gastos en publicidad y la compra de instrumentos para su funcionamiento.
Alberto Rollo, abogado y profesor de derecho constitucional en la Universidad Presbiteriana Mackenzie, afirma que el auge de los movimientos separatistas en Brasil se debe principalmente a la decepción que sienten los ciudadanos con el Gobierno federal. Deja claro que la separación de cualquier territorio de Brasil contradice la Constitución del país.
"Lo que se puede hacer son nuevas divisiones en el marco de algún estado, crear municipios o, por ejemplo, dividir un municipio mayor, pero nunca cambiar la integridad del territorio nacional", explica el profesor.
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Flavio Rebello contrapone a eso que su movimiento no pretende lograr la independencia del estado de Sao Paulo contra la Constitución, como en su momento pretendieron hacerlo los separatistas catalanes. Su meta, en primera instancia, es lograr cambiar la Carta Magna del país y agregarle una cláusula que permita lograr su objetivo por la vía legal.
"Lo que queremos es tener un derecho legítimo al voto para poder definir si queremos seguir siendo parte de una federación o convertirnos en un país independiente", especifica Rebello.
En cualquier caso, incluso si Sao Paulo no se convierte en una nación soberana en un futuro próximo, iniciativas como esta podrían ser la primera chispa de un próximo fuego que se salga de control. Después de todo, la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de EEUU o del Brexit en Reino Unido nos ha dado una clara lección: hoy día, en política, lo imposible es más que probable.