"Podemos hablar de una deuda oportuna y prudente; oportuna porque necesitamos la infraestructura, necesitamos potenciar la inversión pública y si eso va a requerir un mínimo de endeudamiento, bienvenido sea", dijo la secretaria de Estado.
La ministra Giménez sostuvo que este endeudamiento fue adquirido "en el marco de la responsabilidad fiscal" y "va a redituar en un crecimiento más amplio, mucho más inclusivo".
Por otra parte, la deuda paraguaya sigue siendo de las más bajas de la región, y la venta de bonos para 2018 ya fue colocada a tasas más bajas que las anteriores a la crisis internacional de 2008, según la ministra.
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Los fondos obtenidos mediante emisión de deuda se dedican casi en exclusiva a obras de infraestructura, pero no con la visión de que el Estado intervenga para generar empleo (que la ministra definió como keynesianismo), sino para contribuir al desarrollo del país, observó.
"No es una visión de [John Maynard] Keynes, es más una visión de desarrollo para el país, que realmente necesita infraestructura; tenemos una población muy joven que va a precisar de herramientas básicas para el desarrollo", insistió Giménez.
Sin embargo, poco más de la cuarta parte de la población paraguaya, estimada en 6,5 millones de personas, se encuentra por debajo de la línea de pobreza, según datos proporcionados por la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos.
Entre 2012 y 2017 la pobreza extrema cayó de 7,4 a 4,4%.