Si la economía de América Latina avanzara durante el 2018 como proyectaron consultoras y organismos internacionales a finales de 2017, el éxito regional estaría asegurado. Y aunque el margen de error está presente siempre, el presidente estadounidense no ha hecho más que aumentarlo.
De acuerdo a las prospecciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la región crecerá durante el año 2,2%, superando el crecimiento del año anterior. Para el economista Germán Deagosto, los números del primer trimestre muestran la continuación de la tendencia y denotan un cumplimiento de las expectativas, pero las condiciones externas no aseguran su sustentabilidad en los nueve meses próximos.
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Según dijo Deagosto a Sputnik la anunciada "guerra comercial "sin duda es una mala noticia en un contexto donde las noticias empezaban a ser buenas". Para el experto, ante una economía mundial y latinoamericana que crecía, y donde había calma financiera, la guerra comercial genera nuevos desequilibrios, especialmente en algunos países de la región.
"Los dos motores del bloque —además de México- son Argentina y Brasil, países que efectivamente volvieron a crecer, pero que no tienen un crecimiento consolidado. Las dos economías siguen teniendo importantes desequilibrios fiscales y también de cuenta corriente. Eso hace que la sostenibilidad del proceso de recuperación sea muy sensible a las condiciones de financiamiento del mundo y eso es algo que este año empezó a ser más complejo respecto a 2017", explicó.
A esto, según dijo, se suman las elecciones que tendrán lugar en Brasil y México, y la inconclusa negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte que podría determinar cambios en los pronósticos regionales.