"La llamada solidaridad europea es un paso que empeora considerablemente la situación en la esfera de la seguridad, golpea un eslabón muy demandado en la actualidad, el sistema de comunicaciones entre Rusia y Occidente, la comunicación profesional que es especialmente necesaria en esta época alarmante", señaló el vicecanciller en declaraciones a la cadena Rossiya 24.
Según el vicecanciller, "se trata de una gran provocación geopolítica, y la solidaridad euroatlántica en estas circunstancias se convierte en una amenaza directa a la seguridad europea".
Grushkó observó que "dentro de varios meses tendrá lugar la cumbre de la Alianza en Bruselas, donde se deberán tomar nuevas medidas para fortalecer el flanco oriental, sobre cómo alcanzar las normas del incremento del 2% de los gastos militares, y para ello necesitan la imagen de un gran enemigo".
"Es algo que se ve a primera vista y a esta historia se le ven todas las costuras", añadió.
Sin embargo, indicó Rusia parte de que "finalmente la razón prevalecerá y no apostemos por aquello que desechamos a principios de los noventa y que condujo a dificultades colosales, tanto en la esfera de la seguridad como del desarrollo económico y social".
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El vicecanciller recordó que desde que comenzaron los problemas entre Rusia y la OTAN debido al conflicto en Ucrania, Moscú no se negó jamás a colaborar con la alianza.
Desde entonces, el Reino Unido, la OTAN y otros 28 países expulsaron a un total de 153 diplomáticos rusos como medida de represalia.
Rusia, que considera infundadas las acusaciones, respondió de manera simétrica a 26 países, al ordenar la expulsión de su territorio de 143 diplomáticos extranjeros.
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Además, se reservó el derecho de respuesta a los tres países restantes —Bélgica, Hungría, y Georgia— unos de los últimos en sumarse a las medidas antirrusas por el caso Skripal.