"Necesitamos como aire ese armisticio", afirmó Poroshenko mientras los dos bandos del conflicto se acusaban de violar la tregua más reciente, declarada en vísperas de la Pascua ortodoxa.
Poroshenko, cuyo discurso fue transmitido por los principales canales de televisión ucranianos, mencionó que planea viajar el 10 de abril a Berlín y abordar, entre otros temas, el envío de los cascos azules a Donbás.
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Un informe redactado por encargo de la consultoría política Rasmussen Global sugiere a la ONU plantearse el envío de una fuerza de paz de hasta 20.000 militares al este de Ucrania, incluyendo unos 5.000 efectivos desplegados en la frontera ucraniano-rusa y hasta 4.000 policías.
Ucrania insiste en que la misión de paz se extienda hasta la frontera con Rusia.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, avala el envío de cascos azules a Ucrania siempre y cuando se limiten a garantizar la seguridad de los observadores de la OSCE y no sean desplegados más allá de la línea que separa a las tropas ucranianas de las milicias de Donbás.
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Los acuerdos de Minsk, suscritos en septiembre de 2014 y en febrero de 2015, sentaron las bases para una solución política del conflicto pero no han derivado hasta ahora en el cese de la violencia cuyo resultado la ONU estima en más de 10.300 muertos.