"Occidente está intentando provocar una ola de sentimientos contra Rusia y contra Putin. A los gobiernos de los países occidentales les incomoda la buena imagen del líder ruso y los altos niveles de confianza de los que goza entre la sociedad rusa durante los últimos años; los mismos niveles que le han convertido en una influyente figura en las relaciones internacionales", señala a Sputnik Aidin Sezer.
De ahí que Occidente esté intentando menoscabar su reputación dividiendo, para ello, a quienes apoyan a Putin formando una "coalición antirrusa" encabezada por Estados Unidos y por el Reino Unido. Ambos países presionan presuntamente a sus socios para seguirles el juego con la expulsión de decenas de diplomáticos rusos, asegura Sezer.
"Están persiguiendo dos objetivos. Primero, [perjudicar] la confianza del público en Putin. El principal objetivo de este ataque es la imagen del líder ruso (…); encontrar formas de que cometa algún error político. En segundo lugar, estamos viendo cómo Occidente, presionado por EEUU y el Reino Unido en un acto de 'solidaridad colectiva', se opone a Rusia y la presenta como una seria amenaza para la paz y el orden mundial", expresa convencido Sezer.