Scalfari, que no esconde su ateísmo pero que aún así se encuentra seguido con el Santo Padre, le preguntó hacia dónde van las "almas malas". El pontífice habría respondido que no están sometidas a una "punición" de por sí.
"Obtienen el perdón de Dios y se suman a las filas de quienes lo contemplan, pero los que no, y no pueden ser perdonados, desaparecen. Un infierno no existe, pero sí la desaparición de las almas pecadoras", habría dicho Francisco.
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"El Santo Padre Francisco recibió recientemente al fundador del diario La Repubblica en un encuentro privado en ocasión de la Pascua, sin concederle ninguna entrevista. Lo que refirió el autor en el artículo de hoy es fruto de su reconstrucción, en la que no se citan las palabras textuales pronunciadas por el Papa", afirman desde la Santa Sede.
"Ningún entrecomillado del artículo citado debe ser considerado como una transcripción fiel de las palabras del Santo Padre", sentencian.
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En el catecismo que rige a la institución, se explicita que "la enseñanza de la Iglesia afirma la existencia del infierno y su eternidad". "Las almas de los que mueren en estado de pecado mortal descienden a los infiernos inmediatamente después de la muerte y allí sufren las penas del infierno, 'el fuego eterno'", constata el documento.
"La pena principal del infierno consiste en la separación eterna de Dios en quien únicamente puede tener el hombre la vida y la felicidad para las que ha sido creado y a las que aspira", prosigue.
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No es la primera vez que la Santa Sede desmiente a Scalfari: en al menos tres ocasiones, la oficina de prensa debió distanciarse de artículos similares con presuntas declaraciones sobre temas candentes para la institución, como referencias a la pedofilia y el celibato en 2014.
En 2013, en la primera entrevista que concedió Francisco al mayor diario italiano, la sala de prensa del Vaticano admitió que globalmente estaba correcta, pero discrepaba con la visión oficial de la Iglesia católica en detalles entrecomillados como si hubieran sido dichos del papa.