Al intervenir en un banquete oficial, Johnson reiteró la acusación de que Rusia está detrás del envenenamiento del exespía Serguéi Skripal y su hija Julia en Salisbury.
"Parece más bien el comienzo de 'Crimen y castigo', en el sentido de que todos estamos seguros acerca del culpable, y la única cuestión es si confesará o será atrapado", dijo.
Otras naciones y organismos optaron por llamar a consultas a sus embajadores en Moscú o, como Nueva Zelanda, prohibir la entrada a diplomáticos rusos expulsados de otros países.
Skripal, exoficial de Inteligencia militar rusa reclutado en los años 90 por el servicio secreto británico MI6 y naturalizado en el Reino Unido, y su hija Yulia, que es nacional de Rusia, fueron hallados inconscientes el 4 de marzo cerca de un centro comercial en la ciudad de Salisbury, en Inglaterra.
La ola de expulsiones comenzó a mediados de este mes, después de que la primera ministra del Reino Unido, Theresa May, responsabilizara Moscú de "un intento de asesinato" en Salisbury y ordenara la salida de 23 diplomáticos rusos y la cancelación de todos los contactos de alto nivel entre ambos países como represalia.
Rusia, que rechaza en términos enérgicos las acusaciones, protestó por la expulsión de sus diplomáticos rusos y advirtió que no la dejará sin respuesta.