En un comunicado publicado en la página oficial de la embajada rusa en Facebook, Antónov afirmó que las medidas que tomó Washington por el caso Skripal "buscan confrontación" y "no pueden ser justificadas".
El embajador ruso recordó que la Casa Blanca justificó el cierre del consulado general ruso en Seattle por su ubicación "cerca a la base de submarinos y las plantas de fabricación del principal contratista de defensa Boing".
"Pues, ¿cómo está relacionado esto con el caso del envenenamiento del agente británico Skripal y su hija?", cuestionó.
En total el presidente estadounidense, Donald Trump, ordenó la expulsión de 60 diplomáticos rusos, incluyendo 48 empleados de la embajada y 12 personas asignadas a la sede de la ONU en Nueva York, y el cierre del consulado ruso en Seattle, Washington.
Serguéi Skripal, exoficial de Inteligencia militar rusa reclutado en los años 90 por el servicio secreto británico MI6 y naturalizado en el Reino Unido, y su hija Yulia fueron hallados inconscientes el 4 de marzo cerca de un centro comercial en la ciudad de Salisbury, en Inglaterra.
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El 14 de marzo la primera ministra británica, Theresa May, responsabilizó a Moscú de lo ocurrido en Salisbury –que calificó de intento de asesinato– y anunció, como represalia, la expulsión de 23 diplomáticos rusos y la cancelación de todos los contactos de alto nivel entre ambos países.
Moscú, que rechazó todas las acusaciones por infundadas, exigió en respuesta la salida de 23 empleados de la Embajada británica, además de anunciar el cierre del consulado británico en San Petersburgo y de la oficina del British Council en Moscú.
Además, la Cancillería rusa protestó por la expulsión de diplomáticos rusos y prometió respuesta a los países que tomaron la decisión correspondiente.