Los pilotos de los Su-35S cubrieron más de 2.000 kilómetros durante este entrenamiento, informó el organismo militar ruso. Los aparatos aéreos despegaron desde una base aérea en la región de Jabárovsk, en el Lejano Oriente ruso, y aterrizaron en un aeródromo en la isla Iturup, en la parte sur del archipiélago de las Kuriles, que administrativamente forma parte de la región de Sajalín.
Las recientes maniobras aéreas demostraron que la frontera rusa en el Lejano Oriente está bien protegida, declaró a Sputnik el politólogo militar Andréi Koshkin.
"Hoy hemos comprobado que la frontera [rusa] en el Lejano Oriente está bien protegida por nuestros aviones modernos Su-35S. Tengan en mente que se trasladaron a un aeródromo en la isla de Iturup, realizaron una tarea de intercepción de aviones del enemigo [virtual] y regresaron a su base", dijo.
El caza Su-35S es capaz de cubrir hasta 3.600 kilómetros sin reabastecimiento. Este avión a reacción cuenta con alta maniobrabilidad y tiene propiedades técnicas que lo asemejan a los cazas de quinta generación.
El Su-35S —Flanker-E, según la designación OTAN— es apto para alcanzar una velocidad de 2.400 km/h y portar todo tipo de armas aéreas. Puede destruir, además, diferentes blancos aéreos, terrestres y marítimos. El caza está equipado con el radar Irbis, que puede localizar blancos a una distancia de hasta 400 kilómetros.
Moscú, por su parte, subraya que esos territorios fueron traspasados a la Unión Soviética por acuerdos internacionales al término de la Segunda Guerra Mundial y que Rusia asumió la soberanía de dichos territorios como sucesora legal de la URSS. De acuerdo con las autoridades rusas, la disputa territorial es un asunto cerrado, dado que las ínsulas les pertenecen.
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