"La expulsión de diplomáticos rusos y otras medidas hostiles recientes, tales como la restricción del acceso a la propiedad diplomática rusa y la negación de visas al personal de la misión, puede considerarse como un abuso de los derechos y privilegios de Estados Unidos como país anfitrión", indicó Nebenzia.
EEUU también dijo que cerraría el consulado ruso en Seattle, Washington.
Por su parte, Rusia ha rechazado todas las acusaciones y ha ofrecido su ayuda para aportar pruebas en el caso.
Ambos continúan en estado crítico y reciben tratamiento por intoxicación con una sustancia de acción neuroparalizante.
El 14 de marzo, la primera ministra británica Theresa May responsabilizó a Moscú de lo ocurrido en Salisbury —que calificó de intento de asesinato— y anunció, como represalia, la expulsión de 23 diplomáticos rusos y la cancelación de todos los contactos de alto nivel entre ambos países.
Moscú, que rechazó todas las acusaciones por infundadas, exigió en respuesta la salida de 23 empleados de la Embajada británica, además de anunciar el cierre del consulado británico en San Petersburgo y de la oficina del British Council en Moscú.