"Al presentar acusaciones infundadas contra la Federación Rusa, sin explicación de lo ocurrido y rechazando la cooperación, las autoridades del Reino Unido de hecho ocuparon una postura parcial, preconcebida e hipócrita", dice el comunicado de la Cancillería rusa.
"Rusia, a pesar de las numerosas solicitudes por nuestra parte a Londres, no tiene ninguna información al respecto", sostuvo el ente.
Agregó que los socios del Reino Unido tampoco poseen datos suficientes y "siguen a ciegas el principio de la unidad euroatlántica perjudicando el sentido común, las normas del diálogo interestatal civilizado y las de derecho internacional".
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Asimismo, la Cancillería informó que Rusia protesta enérgicamente por la decisión de una serie de los países miembros de la UE y la OTAN de expulsar a los diplomáticos rusos.
En particular, EEUU anunció la expulsión de 48 diplomáticos rusos y 12 empleados de la misión de Rusia ante la ONU y exigió cerrar el consulado general ruso en Seattle.
"Protestamos enérgicamente por la decisión de una serie de los países miembros de la UE y de la OTAN de expulsar a los diplomáticos rusos", dice el comunicado.
Añade que Moscú considera que se trata de un paso es "inamistoso y que no corresponde a los objetivos y los intereses de establecer las causas y encontrar a los culpables del incidente que sucedió el 4 de marzo en Salisbury".
Moscú, que rechazó todas las acusaciones por infundadas, exigió en respuesta la salida de 23 empleados de la Embajada británica, además de anunciar el cierre del consulado británico en San Petersburgo y de la oficina del British Council en Moscú.
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Serguéi Skripal, exoficial de inteligencia militar rusa reclutado en los años 90 por el servicio secreto británico MI6 y naturalizado en el Reino Unido, y su hija Yulia fueron hallados inconscientes el 4 de marzo cerca de un centro comercial en la ciudad de Salisbury.
Ambos continúan en estado crítico y reciben tratamiento por intoxicación con una sustancia de acción neuroparalizante.
El 14 de marzo la primera ministra británica Theresa May responsabilizó a Moscú de lo ocurrido en Salisbury –que calificó de intento de asesinato– y anunció, como represalia, la expulsión de 23 diplomáticos rusos y la cancelación de todos los contactos de alto nivel entre ambos países.
Moscú, que rechazó todas las acusaciones por infundadas, exigió en respuesta la salida de 23 empleados de la Embajada británica, además de anunciar el cierre del consulado británico en San Petersburgo y de la oficina del British Council en Moscú.