Por su factura, antigüedad y singularidad son muy importantes para el patrimonio cultural de ese país.
Fue una acción conjunta del INAH con la cancillería mexicana y el abogado Robert Kugler, quien estuvo a cargo de proceso jurídico. "Se corona un esfuerzo importante y un precedente importante en favor de México".
La entrega se llevó a cabo en el Museo Colección Estatal Arqueológica en Munich por parte de su director, Rupert Gebhard, a la funcionaria Villarreal y al embajador de México en Alemania, Rogelio Granguillhome.
"Este caso sienta un gran precedente porque México argumentó en términos de la legislación mexicana que es el propietario de estas piezas. En el juicio civil en Alemania pudimos acreditar esa propiedad", señaló Villareal.
El presunto dueño argumentó que había adquirido la propiedad a través de una prescripción requisitiva. Por el contrario, México acreditó las circunstancias de modo, tiempo y lugar que esas piezas salieron del país.
"El hecho de que el fallo haya sido positivo es muy importante para nosotros. Es un precedente importantísimo porque hay un reconocimiento de que esas piezas son propiedad de la nación mexicana", dijo Villarreal.
De esas 13 piezas, junto a las que regresan a México, dos se encuentran en exhibición en el Museo Nacional de Antropología en la colección permanente.
"Por eso tenemos la certeza de dónde salieron, porque en todo México son las únicas con esas características, esa misma factura y ese mismo material", indicó la funcionaria.
Puntualizó que hay una explicación de los científicos sobre cómo se pudieron conservar 3.000 años en un terreno pantanoso y acuoso. Fueron enterradas envueltas en una especie de petate o fibras parecidas al tule.
Además estaban acompañadas con una serie de elementos más como cuchillos de piedra, báculos de madera, como hacían los entierros humanos. Esos elementos, junto con la fibra que envolvía estas piezas, impidió el paso del oxígeno y que se proliferaran microorganismos que dañaran la estructura.
Además, el agua que corría por el lugar las mantuvo siempre en la misma temperatura, es decir, en una temperatura estable.
Para su regreso a México van perfectamente embaladas y serán transportadas el 22 de marzo.
El Estado mexicano financió el proceso legal, que duró en total 10 años. "Las dos piezas, por ser parte del patrimonio cultural mexicano, son importantes pero en este caso tienen una singularidad: solo existen 13 piezas más con estas mismas características", concluyó Villarreal.
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