Neil MacFarquhar, jefe de la oficina de Moscú del medio estadounidense The New York Times, señaló que el enorme apoyo que recibió Putin se debe a la hostilidad que los rusos perciben desde Occidente.
"Nuestro pueblo siempre se consolida en momentos difíciles. Es por eso que doy las gracias a ciertos líderes de los Estados occidentales, aunque no los nombraré, ya que también hicieron su aporte positivo, contribuyeron a la consolidación y unión de nuestro pueblo", cita el medio las palabras de la jefa de la Comisión Electoral de Rusia, Ela Pamfílova.
No obstante, MacFarquhar, aparentemente, se equivocó en la interpretación, ya que atribuyó el comentario de Pamfílova al elevado índice de aprobación de Vladímir Putin. En realidad, la jefa de la Comisión Electoral pronunció esas palabras por la alta participación en las elecciones.
Bloomberg fue más acertado con la cita de Ela Pamfílova y agregó que la participación popular fue del 67,5%, aproximadamente dos puntos porcentuales más que en las pasadas elecciones de 2012. El medio destacó que en estas elecciones Putin "apenas hizo campaña antes de la votación" y que el enfrentamiento con EEUU y los países de su entorno "le ha jugado bien ante un electorado nostálgico del estatus de superpotencia de Rusia".
El corresponsal de la Australian Broadcasting Company (ABC) en Moscú, James Glenday, centró su análisis en los casos de fraude que han sido registrados durante el proceso electoral, aunque no precisó a favor de cuál de los ocho candidatos estaban dirigidos. No obstante, el autor reconoce que para el día de hoy nadie podría competir en popularidad con el actual mandatario.
"Incluso si Alexéi Navalni, que estaba vetado a participar en las elecciones por haber sido arrestado, hubiese podido participar, es altamente improbable que hubiese podido forzar las elecciones a una segunda vuelta (…) Y eso, al menos en parte, porque Putin parece tener una sólida base de apoyo", constató Glenday.
Por su parte, el corresponsal del periódico británico The Guardian en Moscú, Andrew Roth, destacó la alta participación popular en los comicios y agregó que precisamente esa era la intención de las autoridades. Para ello, acudieron a métodos poco estándares, como el sorteo de 100 iPhones que se realizó entre los votantes de la región de Stávropol.
Le Monde explicó el abrumador apoyo popular de Putin con el auge de las hostilidades bélicas que tienen lugar en el mundo. En su artículo, el periódico francés enumeró los tres momentos de mayor aprobación.
El primero (un 84% de apoyo popular) se registró en enero de 2000, cuando guerrilleros de la Brigada Internacional Islámica invadieron la república rusa de Daguestán desde Chechenia. El segundo auge (88%) tuvo lugar en septiembre de 2008, justo después de la operación de imposición de paz en Abjasia y Osetia del Sur. El tercer y máximo auge (89%) se produjo en junio de 2015, a un año del golpe de Estado en Ucrania y justo antes de la operación antiterrorista en Siria.
"Vladímir Putin siempre ha estado íntimamente involucrado con la política interior y exterior. Las cuatro guerras que marcaron sus dieciocho años de mandato dieron como resultado una renovada popularidad", escribieron Véronique Malécot y Flavie Holzinger, autores del análisis.
En general, el tema de una nueva ronda de confrontaciones entre Moscú y Occidente estuvo en el centro de las publicaciones en la prensa extranjera sobre la reelección de Vladímir Putin.
El exembajador de Francia en Moscú Jean de Gliniasty apuntó para el periódico Le Figaro que "han habido diferentes Putin". El diplomático hizo un recuento de los mandatos del presidente ruso y subrayó el camino que transitó desde ser un partidario del acercamiento con Occidente, hasta la situación actual de confrontación.
La columnista de Associated Press (AP) Angela Charlton aseguró que "a pesar de la relación amistosa" entre Vladímir Putin y Donald Trump, el nuevo mandato del presidente ruso " da poco incentivo para buscar un entendimiento con Washington". Asimismo, destacó el potencial acercamiento de Rusia con los países europeos, en donde "líderes amigos de Putin" han logrado avances en las recientes elecciones italianas y alemanas.
En lo que sí concuerdan todos los analistas es en que este parece ser el último mandato del presidente y que la verdadera batalla por la Presidencia de Rusia tendrá lugar en 2024, cuando termine el segundo mandato consecutivo Putin. El propio Putin ya dio a entender, aunque de una manera indirecta, que no pretende mantenerse en el poder después de esa fecha. A la pregunta de los periodistas sobre esa posibilidad, respondió:
"Bueno, me parece que lo que dice es un poco gracioso. Saquemos cuenta juntos. ¿Acaso tengo que mantenerme en el poder hasta los 100 años? Nada de eso, nada".