Como el sustituto más realista, el Gobierno de Merkel está considerando la construcción de terminales para recibir gas natural licuado (GNL), informa Bloomberg.
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De esta manera, Merkel no tiene otra opción que construir terminales en el mar del Norte y el mar Báltico para importar GNL y sus derivados de los Países Bajos, Polonia y Bélgica. La coalición recién formada ha llegado a un acuerdo que establece una agenda energética que incluye el desarrollo de la industria del GNL durante los próximos cuatro años.
Merkel respalda "todas las iniciativas que apoyan una mayor diversificación del suministro de gas, ya sea de diferentes regiones o de diferentes medios de transporte de gas", según la portavoz del Ministerio de Economía y Energía, Beate Baron.
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No obstante, en toda Europa, el uso del GNL está en aumento. Las importaciones a los 28 estados miembros de la UE aumentaron un 22% anualizado al final del tercer trimestre del 2017. Naciones como el Reino Unido y España lideran en el desarrollo de la capacidad de importación. Aun así, la mayoría de los terminales en el noroeste de Europa no trabaja al 100%.