"Hablan sobre transparencia y esperan transparencia de nosotros, pero ellos mismos lo mantienen todo en secreto, al igual que mantuvieron en secreto otras investigaciones de misteriosas muertes de rusos en el territorio del Reino Unido", dijo Chizhov.
El embajador también subrayó que "el Gobierno británico no cumplió sus obligaciones en virtud de la Convención Internacional sobre la Prohibición de las Armas Químicas".
"Si hablamos de los motivos que puedan estar tras semejante conducta (…) creo que puede explicarse por una serie de factores políticos: últimamente el Gobierno británico está experimentando dificultades considerables en las negociaciones con la UE sobre el Brexit", añadió Chizhov.
Le puede interesar: Scotland Yard descarta nexo entre el caso Skripal y la muerte de otro ruso exiliado
Además, explicó el diplomático, dentro del país el Gobierno conservador resultó incapaz de obtener una mayoría sólida en las últimas elecciones y mostrar los resultados, incluido en el contexto del Brexit, esperados por la sociedad británica.
"Así que había muchos problemas, y lo que aparentemente faltaba, según las tradiciones clásicas británicas, es un buen escándalo de espionaje a la vieja usanza", puntualizó.
Ambos continúan en estado crítico y reciben tratamiento por una posible intoxicación con una sustancia de acción neuroparalizante.
Skripal fue reclutado por el servicio secreto británico MI6 cuando servía en las Fuerzas Armadas rusas en los años 1990.
En 2006 la justicia rusa lo condenó a 13 años de cárcel por espiar a favor de un Estado extranjero y cuatro años después fue canjeado junto con otros dos espías por 10 personas detenidas en EEUU.
La semana pasada, la primera ministra británica, Theresa May, responsabilizó a Moscú de lo ocurrido en Salisbury —que calificó de intento de asesinato— y anunció, como represalia, la expulsión de 23 diplomáticos rusos y la cancelación de todos los contactos de alto nivel entre ambos países.
Moscú, que rechazó todas las acusaciones por infundadas, exigió en respuesta la salida de 23 empleados de la Embajada británica, además de anunciar el cierre del consulado británico en San Petersburgo y de la oficina del British Council en Moscú.