El 4 de marzo, el exagente del servicio secreto británico MI6, Serguéi Skripal, y su hija de 33 años fueron encontrados inconscientes en Salisbury, condado de Wiltshire, supuestamente envenenados con una sustancia tóxica de uso militar.
"Rusia incluso más que los británicos tiene interés por saber lo que realmente sucedió en Salisbury", dijo Shulguín a la cadena televisiva Rossiya.
La primera ministra del país monárquico, Theresa May, acusó sin pruebas a Moscú de estar detrás del incidente, pese a que las autoridades rusas ofrecieron colaborar en una investigación seria del caso.
"Esperamos que los británicos recuperen en algún momento el sentido común y entiendan que se debe actuar con tranquilidad, sin acusaciones recíprocas y con respeto recíproco", señaló Shulguín.
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El alto funcionario ruso volvió a ofrecer al Gobierno de Londres celebrar consultas bilaterales sobre el caso.
"Hemos propuesto, proponemos y seguiremos insistiendo en que resolvamos esta asunto con los británicos mediante las consultas a dos bandas, como lo estipula la Convención [sobre la Prohibición de Armas Químicas]", puntualizó.
"Espero que logremos dialogar con nuestros socios y aclarar la situación", subrayó.
El diplomático volvió a instar al Ejecutivo británico a compartir información sobre el caso.
Skripal fue reclutado por el servicio secreto británico MI6 cuando servía en las Fuerzas Armadas rusas en los años 1990.
En 2006 la justicia rusa lo condenó a 13 años de cárcel por espionaje; cuatro años después fue canjeado junto con otros dos espías por 10 personas detenidas en EEUU.
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Reino Unido acogió a Skripal y le concedió la ciudadanía británica, según confirmó Scotland Yard.
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