De acuerdo con el medio estadounidense, el ataque de los ciberpiratas a la refinería que pertenece a Saudi Aramco tuvo como objetivo inhabilitar el sistema de protección de reguladores Triconex, que se encargan del voltaje, la presión y la temperatura de la planta.
Al mismo tiempo, el fracaso del ciberataque demostró lo vulnerables que son los medios de protección de fabricación occidental en caso de un ataque por parte de los hackers. Los ciberdelincuentes lograron adquirir un ejemplo del sistema Triconex en internet y encontraron una vulnerabilidad. Sistemas similares están instalados en más de 18.000 plantas petroquímicas y nucleares por todo el mundo.
El FBI inició una investigación para averiguar qué organización estuvo detrás el ataque. Según el medio, probablemente se trate del grupo iraní Chafer, muchos de sus miembros figuran en la lista de los criminales más buscados por el FBI. La agrupación suele cometer ataques contra objetivos estratégicos.
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Según declaró al periódico el especialista de la empresa Symantec Vikram Thakur el ataque de agosto se perpetró de un modo más sofisticado que los ciberataques previos cometidos por los hackers iraníes.