Steve es un extraño fenómeno celeste que guarda similitud con las auroras boreales que tienen lugar en algunas partes de nuestro planeta. Para facilitar el estudio de las también llamadas luces del norte, la NASA lanzó el proyecto denominado Aurorasaurus, destinado a monitorear las auroras polares a través de los reportes y los tuits de los ciudadanos aficionados a la ciencia.
Por primera vez los científicos del Aurorasaurus obtuvieron imágenes de Steve tomadas desde tierra y fotos del fenómeno grabadas por satélite. Ahora, el equipo de MacDonald considera que Steve podría ser un rompecabezas que ayudaría a explicar cómo funcionan los campos magnéticos de nuestro planeta y cómo estos interactúan con las partículas cargadas que se encuentran en el espacio, explican en un estudio publicado en la revista Science Advances.
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En la investigación se destaca una característica clave de Steve: este fenómeno no es una aurora boreal normal. Las auroras boreales son usualmente de forma oval y emiten colores verdes, azules y rojos. Sin embargo, los reportes de los ciudadanos indican que Steve se puede ver el color púrpura con algunos trazos verdes.
Las cámaras ubicadas en la Tierra muestran que Steve aparece a latitudes mucho más bajas, eso significa que las partículas que participan en el surgimiento de este fenómeno se conectan a las líneas de los campos magnéticos más cercanos al ecuador terrestre.
De acuerdo con la publicación de Science Advances, es posible que la mayor sorpresa de Steve fuera grabada por el satélite Swarm. Los datos de Swarm señalan que el misterioso fenómeno celeste incluye el flujo rápido de partículas extremadamente calientes, llamados flujos de iones subaurorales (SAID, por sus siglas del inglés). Los científicos han estado tratando de estudiar los SAID desde los años 70 del siglo pasado.
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Steve aparece cuando las auroras se producen en las áreas situadas en las latitudes altas llamadas zonas aurorales. Eso significa que algo está ocurriendo en el espacio cercano a la Tierra que contribuye al surgimiento de ambos —las auroras y Steve—. A este respecto, MacDonald considera que Steve podría ser la única pista visual que enseñe que hay una conexión física y química entre las zonas aurorales situadas en las latitudes altas y las zonas subaurorales ubicadas en las latitudes bajas.