"Por lo que respecta al sistema global de defensa antimisiles de EEUU, los planes de desplegar sus componentes en Asia Pacífico nos preocupan. Quisiera subrayar que no vinculamos esos riesgos con Japón sino con los elementos de la defensa antimisiles de EEUU emplazados en el territorio de algunas naciones asiáticas, sobre todo Japón y Corea del Sur", declaró Galuzin.
"Espero que se sigan debatiendo las oportunidades de cooperación ruso-nipona para crear en Asia Pacífico una arquitectura de seguridad moderna, basada en los principios de igualdad e indivisibilidad, a fin de que nadie pueda potenciar la seguridad propia a expensas de otros Estados", señaló el diplomático.
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El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, cuestionó en enero pasado que Tokio mantenga el control sobre los elementos del sistema de defensa antimisiles de EEUU que serían emplazados en territorio japonés.
El vicetitular de Exteriores ruso Serguéi Riabkov afirmó con anterioridad que, por sus características técnicas y sus prestaciones, son sistemas idénticos a los estadounidenses que pueden lanzar tanto misiles interceptores como misiles de crucero de alcance medio y más corto.
El gobierno de Japón aprobó a mediados de diciembre de 2017 la adquisición de sistemas de combate terrestres Aegis Ashore para potenciar la capacidad de defensa ante la amenaza de misiles norcoreanos.
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Las armas vendrían a complementar los misiles interceptores SM-3 de la versión naval de Aegis instalada a bordo de varios destructores japoneses y una treintena de sistemas PAC-3 estacionados en las principales bases militares y en las zonas más pobladas.