Los magistrados rechazaron la solicitud por unanimidad alegando que los fugitivos se expondrían al riesgo de trato inhumano en su país de origen y no tendrían garantías de un juicio justo.
Turquía vivió en la noche del 15 de julio de 2016 un fallido golpe militar que se saldó con más de 240 muertos y casi 2.200 heridos.
Miles de militares, policías, jueces, funcionarios y profesores fueron suspendidos, detenidos o están siendo investigados bajo sospechas de estar vinculados con la intentona.
Ocho militares —tres mayores, tres comandantes y dos suboficiales— huyeron a Grecia en un helicóptero tras la asonada.
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Los uniformados prófugos rechazan su implicación en la intentona y declaran que se fugaron temiendo por su vida.