"Algo de cada uno de nosotros murió con este homicidio; ella era la voz de muchos invisibles, dio voz a los que no tenían voz", dijo a Sputnik el voluntario de la organización no gubernamental Rio de Paz, Alex Possati.
Franco, de 38 años y concejala por el izquierdista Partido Socialismo y Libertad (PSOL), se convirtió en símbolo de la lucha de las mujeres, los negros, los habitantes de suburbios y favelas (barrios hacinados) y la población LGTBI.
Se destacó especialmente su trabajo criticando los abusos cometidos por la Policía Militar y las denuncias contra la reciente intervención militar en Río de Janeiro.
Franco fue asesinada de cinco tiros en la cabeza cuando se trasladaba en un vehículo desde un acto político en el centro de la ciudad.
"Está claro que la han ejecutado, pensaban que matando a Marielle matarían su voz, pero su pensamiento está aquí, más vivo que nunca", dijo Malcon Ozorio, un joven vecino de una favela para quien la concejala era "una negra valiente que se atrevía a decir lo que muchos callaban".
Al inicio de la marcha sus compañeros del PSOL, visiblemente emocionados, prometieron luchar para mantener vivo su legado y para que haya justicia, y calificaron su muerte de "terrorismo" y "asesinato político".
Además de frases en recuerdo a Marielle Franco y a Anderson Pedro Gomes, los manifestantes corearon lemas contra la Policía Militar y la intervención federal en el estado, que puso a las Fuerzas Armadas en el control de la seguridad pública.
El alcalde de Río de Janeiro, Marcelo Crivella, decretó tres días de luto oficial.
Pero esta ciudad no es la única que se manifestaba contra la muerte de Franco; hubo marchas en las principales urbes del país, y se espera que las movilizaciones continúen en los próximos días.