"La decisión hostil de las autoridades británicas de expulsar a 23 diplomáticos rusos afectará negativamente en el trabajo del departamento consular de la embajada, se reducirían las capacidades de entregar visados a los nacionales británicos y los servicios consulares para los nacionales de Rusia", dijo un portavoz de la embajada.
"Pero hay que entender que la prioridad de la embajada es atender a los ciudadanos rusos", señaló.
El 4 de marzo, el exagente de inteligencia ruso Serguéi Skripal y su hija Yulia fueron hallados inconscientes en el banco de un centro comercial en la ciudad británica de Salisbury (sur).
Ambos continúan en estado crítico y están siendo tratados por una posible exposición a un agente nervioso.
La primera ministra británica Theresa May habló más temprano en el Parlamento de su país, donde responsabilizó a Moscú por el incidente y anunció, como represalia, la expulsión de 23 diplomáticos rusos y la cancelación de todos los contactos de alto nivel entre ambos países.
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Mientras, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, aconsejó a Londres aclarar la situación en torno al envenenamiento de Skripal antes de pedir explicaciones a Moscú.
En tanto, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, señaló que no existen pruebas de la supuesta participación de Moscú en el incidente.
En 2006, Skripal fue sentenciado en Rusia a 13 años de prisión por cooperar con el Servicio de Inteligencia Secreto británico, conocido como MI6, y comunicar nombres de agentes rusos que trabajaban en forma encubierta en Europa.
En 2010, el entonces presidente ruso Dmitri Medvédev firmó un decreto perdonando a Skripal, y este se mudó a Reino Unido.