A lo largo de la evolución, los humanos pasaron a dormir mucho menos que los chimpancés, los babuinos o cualquier otro primate estudiado hasta ahora. Al comparar los patrones de sueño de los primates, es posible notar que la mayoría de las especies tienen entre nueve y 15 horas de inactividad diariamente, mientras que los humanos duermen un promedio de sólo siete horas.
El inusualmente corto período de sueño de los humanos podría estar relacionado a dos antiguos factores principales, consideraron los científicos Charles Nunn y David Samson, autores del artículo.
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El primer factor sería el hecho de que los ancestros humanos probablemente necesitaron pasar más tiempo despiertos para protegerse de los ataques de los depredadores, cuando descendieron de los árboles para dormir en el suelo.
Aunque los humanos duerman un tiempo sorprendentemente corto, la muestra analizada por Nunn y Samson de 30 especies puede ser considerada demasiado pequeña para llegar a conclusiones finales, una vez que el número estimado de especies de primates puede llegar a 300 o más, consideró la bióloga evolutiva Isabella Capellini de la Universidad de Hull en Inglaterra, consultada por Science News.
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Sin embargo, si los hallazgos llegan a confirmarse también para los otros primates, la pequeña cantidad de sueño diaria de los humanos podría explicarse por el hecho de que dormimos varias horas seguidas y no varios cortos periodos al largo del día, como lo hacen algunos primates.
La falta de sueño, además, puede tener consecuencias negativas también en la vida sexual de las personas, como mostró una investigación llevada a cabo por la Universidad de la Florida (EEUU).