De acuerdo con el estudio, liderado por el científico Nicholas Parazoo del Laboratorio de Propulsión a Reacción (JPL, por sus siglas en inglés) de la NASA, la continua descongelación del permafrost en el norte del Ártico hará que, para el año 2300, las emisiones totales de carbono de esta región sean 10 veces mayores que todas las emisiones de combustibles fósiles producidas por los humanos en 2016.
El descubrimiento de que la región más fría debe descongelarse antes que la más cálida ha sido una sorpresa para los científicos, apuntó el JPL.
"El permafrost en el sur de Alaska y en el sur de Siberia ya se está descongelando, por lo que obviamente es más vulnerable. Parte del permafrost más frío y estable en las latitudes más altas de Alaska y Siberia parecía estar resguardada del cambio climático extremo y no esperábamos mucho impacto en los próximos doscientos años", destacó Parazoo.
A medida que el aumento de la temperatura del aire en el Ártico hace que el permafrost se descongele, el material orgánico se descompone y libera su carbono a la atmósfera en forma de gases de efecto invernadero: dióxido de carbono y metano.
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